Todo comenzó, hace más de cien años, con Ramona Parada “mamá Ramona”, que falleció a los 103 años. Huérfana de padre, Ramona comenzó a los 10 años a servir en la Familia Cardona de Riveira, un religioso que frecuentaba a la familia, fué quien la enseñó escabechado y anchoado que hacía para la fábrica, así como a cocinar y repostería. Se casó, e inició su negocio por cuenta propia. En aquel momento la alimentación, incluso en las celebraciones, era muy elemental. No se servía marisco, por ejemplo. En ese momento Mamá Ramona, “A Maricola” ya hacía tartas de almendra y moka, bizcocho, rosca “carrapito”, brazos de gitano, licores, escarchados, etc… Sus productos eran demandados para Bodas, Bautizos, Primeras Misas, etc. Las dificultades del momento la hacían utilizar el horno del Sr. Pedro, abuelo de Sinda, para cocer y cocinar. Sus fórmulas magistrales las heredaron sus nietos Manolo y Josi, que dirigen “Dulces La Maricola”, en la calle Rosalía de Castro, desde donde llevan 30 años deleitando el paladar de todos. Son sus tres hijos los actuales herederos de las fórmulas magistrales inigualables, que siguen ofreciendo, donde los productos naturales de la zona son materia imprescindible. Ya han nacido dos tataranietos, lo que hace pensar que nos permitirá seguir disfrutando por mucho tiempo del cuidado sabor de los productos de “A Maricola”.
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